viernes, 16 de agosto de 2013

EL TREN DE GERNIKA CUMPLE 125 AÑOS (Y II)

 
La larga marcha a Bermeo
 
Las primeras propuestas para prolongar las vías más allá de Pedernales se plantearon en 7 de noviembre de 1895, cuando una Junta Extraordinaria de los accionistas del ferrocarril de Gernika, aprobó la construcción de un pequeño ramal entre Pedernales y la ensenada de Portuondo, con el fin de mejorar sus conexiones con el tráfico marítimo. Para la financiación de estas obras los accionistas decidieron renunciar al reparto anual de beneficios hasta alcanzar la suma prevista en esta inversión.
Recreación del tranvía de Pedernales a Bermeo. Dibujo de José Vicente Coves Navarro
 
Mientras tanto se gestionaba la realización de esta obra, otra empresa impulsó el establecimiento de un tranvía de tracción animal entre la estación de Pedernales y Bermeo, inaugurado el 1 de septiembre de 1896. Con su puesta en servicio, la Compañía del Ferrocarril de Amorebieta a Guernica y Luno y Pedernales consideró que la comunicación con Bermeo quedaba correctamente garantizada, por lo que renunció definitivamente a cualquier tipo de ampliación. Sin embargo, la vida del nuevo medio de transporte fue efímera, ya que fue suprimido en 1918.
Locomotora "Orive" del ferrocarril de Luchana a Munguía, empresa que pretendió alcanzar con sus vías el puerto de Bermeo. Fotografía de Gustavo Reder
 
El ferrocarril de Gernika no fue el único interesado en alcanzar Bermeo con sus vías. Otra compañía del entorno, la del ferrocarril de Lutxana a Mungia encomendó, en 1890, el proyecto de ampliación de su trazado hasta la villa costera al ingeniero bilbaíno Ernesto Hoffmeyer. Para incentivar la obra, el ayuntamiento de Bermeo acordó, en sesión del 10 de junio de 1890, otorgar una subvención de 250.000 pesetas si el presupuesto de la nueva línea no excedía de 1.750.000 pesetas, y con el 20% del exceso si sobrepasaba dicha cifra. Sin embargo, y a pesar de este decidido apoyo, la compañía ferroviaria no logró reunir los recursos financieros precisos para afrontar la empresa.
 
La Ley de Ferrocarriles Secundarios de 1904 resucitó el proyecto del ferrocarril a Bermeo, al declarar como prioritaria la construcción de un ferrocarril entre Mungia, Bermeo y Pedernales, lo que supondría la unión de las dos líneas concurrentes a través de la villa costera. Cinco años más tarde, en 1909, la Compañía del Ferrocarril de Lutxana a Mungia solicitó la oportuna concesión, al amparo de la Ley de Ferrocarriles Secundarios, para la construcción de la sección comprendida entre Mungia y Bermeo, según un nuevo proyecto, redactado por el ingeniero José Orbegozo, pero la petición fue rechazada al no contemplar la realización integral de la línea amparada por la garantía de interés establecida en la citada Ley, es decir, hasta Pedernales.
La Compañía del ferrocarril de Bilbao a Lezama también se interesó en la construcción del ferrocarril a Bermeo. En la imagen, la locomotora "Derio" de este ferrocarril. Fotografía de Gustavo Reder
 
Ante esta situación, fue una tercera empresa la que finalmente solicitó la concesión del ferrocarril de Mungia a Bermeo y Pedernales, la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Lezama. Gracias a los trabajos realizados por el ingeniero bermeano José Ucelay e Isasi, se presentó el oportuno anteproyecto en junio de 1915 y, el 11 de diciembre de 1917, la Gaceta de Madrid anunció la apertura del concurso de proyectos para su construcción. Dos años más tarde, el 26 de noviembre de 1919 el gobierno otorgó la concesión a Francisco de Las Heras y Ávila, presidente del Consejo de Administración del ferrocarril de Lezama. Sin embargo, el notable incremento de precios que experimentó la economía del país durante la primera guerra mundial había disparado el coste de construcción real de la línea, mientras que la concesión solamente garantizaba la inversión a realizar en base a un proyecto valorado antes de iniciarse la contienda. Por ello, la compañía del ferrocarril de Lezama se vio finalmente obligada a renunciar al proyecto y, el 20 de septiembre de 1920 caducó la concesión.
 
Pese al nuevo fracaso, se logró incluir la sección entre Bermeo y Pedernales en el anteproyecto de ferrocarriles del año 1926, impulsado por el Gobierno de Primo de Rivera, aunque finalmente no fue considerado en el Plan de Construcción Urgente de Ferrocarriles aprobado en base al citado documento.
 
Guerra Civil
 
Tras la caída de la Dictadura, los proyectos de prolongación a Bermeo quedaron nuevamente abandonados. Además, dada la delicada situación financiera del concesionario, la gestión de la línea de Amorebieta a Pedernales fue asumida por la Explotación de Ferrocarriles por el Estado.
La estación fue uno de los objetivos del criminal bombardeo de Gernika
 
Picasso inmortalizó en su universal «Gernica» el trágico bombardeo que sufrió la villa foral el 26 de abril de 1937. Entre otros muchos objetivos civiles, las bombas arrojadas desde los aviones alemanes e italianos, aliados de Franco, destruyeron por completo la estación y buena parte del material móvil del ferrocarril. Por otra parte, en su retirada, las tropas leales a la República destruyeron el puente metálico sobre el río Ibaizábal, en Amorebieta.
El bombardeo de Gernika provocó graves averías en las locomotoras del ferrocarril de Amorebieta a Pedernales. Para su inmediata puesta en servicio, se alquiló una locomotora al ferrocarril de Sádaba-Gallur que tuvo que ser trasladada por una vía provisional montada en la carretera ya que todavía no se había reparado el puente sobre el Ibaizabal. Archivo de Gernikazarra Historia Taldea
 
Una vez en manos de los rebeldes, la prioridad fue la reconstrucción de las instalaciones y material móvil destruidos durante el conflicto. Sin embargo, concluida la guerra, la Explotación de Ferrocarriles por el Estado planteó nuevamente la prolongación de la vía entre Pedernales y Bermeo.
En 1944 se iniciaron las obras de prolongación del ferrocarril a Bermeo
 
El 9 de febrero de 1942 se concluyó la redacción del proyecto constructivo de la prolongación, con un presupuesto de 7.201.052,85 pesetas. Definitivamente aprobado por Orden Ministerial de 27 de marzo de 1944, meses después, el 24 de agosto, se procedió a la bendición de las obras.
En 1947, la falta de recursos paralizó las obras del ferrocarril a Bermeo
 
A pesar del gran boato que rodeó el acto de bendición, las obras pronto debieron afrontar serios problemas, al quedar desiertas las sucesivas subastas como consecuencia de los bajos precios estipulados y la falta de mano de obra en la zona. Por ello fue preciso reformar los proyectos. No obstante, aunque finalmente se licitaron varios tramos, las obras quedaron totalmente paralizadas en 1947.
Agentes de la Guardia Civil vigilaban el trabajo de los presos en las obras del ferrocarril de Gernika
 
Un año más tarde, un nuevo contratista, la empresa Banús Hermanos, S.A. retomó las obras, aunque el ritmo seguía siendo lento debido a la crónica falta de mano de obra, así como a la insuficiencia de los presupuestos. A partir de 1953, ambos problemas quedaron definitivamente superados, mediante la consignación de las aportaciones económicas necesarias por parte del Ministerio de Obras Públicas y, sobre todo, gracias al recurso a mano de obra esclava de un Destacamento Penitenciario establecido dicho año en Bermeo. Finalmente, el 16 de agosto de 1955 se procedió a la inauguración de la línea, con presencia del General Franco, quien recorrió el nuevo trayecto hasta Pedernales en una composición remolcada por la primera locomotora diesel Alsthom que circuló en los ferrocarriles de vía métrica españoles.

Tren inaugural del ferrocarril de Bermeo, remolcado por una modernísima locomotora diesel-eléctrica Alsthom
 
Finalizados los fastos inaugurales, el servicio de trenes a Bermeo fue asumido por las veteranas locomotoras de vapor. Fotografía de Jeremy Wiseman

 

 

3 comentarios:

  1. Siento tener que corregir a Juanjo, que para mí es un Maestro, pero el ferrocarril de Cortes a Borja no tuvo ninguna nº5. La locomotora de la foto es seguramente la nº5 del Sádaba-Gallur fabricada por M.T.M. (las siglas SG así parecen indicarlo)

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    1. En efecto, ha sido un despiste mayúsculo. Como bien señalas, es una locomotora del Sádaba-Gallur

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