miércoles, 5 de marzo de 2014

AGUADAS DINÁMICAS

Toma de agua de una Pacific A-4, se aprecia el agua que sale despedida bajo el ténder. Fotografía de Trevor Rowe

A la vista de las imágenes que acompañan este breve texto, mi buen amigo Pedro Pintado Quintana me sugirió que les dedicase una entrada en este blog. Aunque no es costumbre tratar temas ferroviarios extranjeros, en este caso merece la pena hablar de las aguadas dinámicas, precisamente por el hecho de que en España nunca se utilizaron.


Como se ve en las fotografías que tomó el británico Trevor Rowe, las aguadas dinámicas consistían en un estrecho canal, de no más de quince centímetros de profundidad, y gran longitud (en ocasiones superior al kilómetro). En el ténder, las locomotoras disponían de una toma que, tras bajarla el fogonero al inicio del canal, permitía trasvasar el agua hacia el ténder gracias al impulso que proporcionaba la propia velocidad del tren. Evidentemente, en la operación se derramaba bastante agua, tal y como se puede ver en las imágenes.
Un tren, encabezado por una Pacific del tipo A-1, toma agua a toda velocidad. Fotografía de Trevor Rowe

En principio, la virtud de las aguadas dinámicas es que permitían tomar el agua necesaria sin tener que efectuar la preceptiva parada. Este hecho, en países en los que había expresos que debían recorrer grandes distancias y a gran velocidad, era muy importante, ya que permitía reducir al máximo el número de paradas y mejorar el tiempo de marcha. La oportuna disposición de esta clase de tomas permitía cubrir recorridos de más de 500 kilómetros sin detener el tren.


En Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos fueron comunes este tipo de aguadas. Por el contrario, en España, al no existir en los tiempos del vapor trenes directos de gran recorrido, nunca llegaron a emplearse. Curiosamente, en el caso británico, también fue común su uso en las inmediaciones de Londres. Al parecer, las aguas de la capital británica eran muy duras y poco apropiadas para su empleo en las locomotoras de vapor, por lo que era una práctica habitual tomar en esta ciudad la cantidad de agua mínima imprescindible para llegar a la primera aguada dinámica, alimentada con aguas de calidad, y repostar sobre la marcha.
Una Pacific de la serie A-3 también toma agua sobre la marcha. Fotografía de Trevor Rowe

Además de estas imágenes, resulta especialmente interesante visionar la magnífica película "La bestia humana" de Jean Renoir (1937) donde, en una de las escenas, se ve con toda perfección la maniobra para tomar agua sobre la marcha del expreso de París a Le Havre.

3 comentarios:

  1. Esto puede venir a cuento aquí, aunque no haya aguadas... Vapor británico...

    http://www.flickr.com/people/10257146@N05/

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  2. Interesante artículo. Me gustaría no dejar de mencionar el excelente diseño del Pacific A-4. Para la época (fue diseñado en 1935) era una máquina de una modernidad sorprendente.

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